Manifiesto para la Coparentalidad Responsable

Medidas para mejorar el bienestar emocional de los hijos e hijas tras la separación parental

Las organizaciones y personas que suscribimos el presente documento estamos comprometidas con la promoción del bienestar emocional de los niños y niñas cuyos padres atraviesan una separación conflictiva. Manifestamos lo siguiente:

1. Necesidades y problemáticas urgentes en la coparentalidad tras la separación

El conflicto parental tras la separación representa una de las principales amenazas para el bienestar emocional de los hijos e hijas. Las consecuencias pueden ser profundas y duraderas: trastornos emocionales, ansiedad, depresión, problemas de conducta, dificultades en el desarrollo de la identidad y la autoestima, e incluso riesgos de abandono escolar y problemas de socialización. La conflictividad parental —expresada en disputas recurrentes, comunicación hostil, triangulación de los hijos y falta de coordinación— afecta directamente la estabilidad emocional y el desarrollo saludable de los menores.

2. Reconocimiento institucional y necesidad de acción

La sociedad y las instituciones reconocen cada vez más la importancia de proteger el bienestar emocional de los niños y niñas en situaciones de separación parental. El principio del «interés superior del menor», recogido en la Convención de los Derechos del Niño y en la legislación española, debe ser el eje central de todas las decisiones y acciones que les afecten. Sin embargo, la fragmentación de los servicios y la falta de recursos específicos dificultan una respuesta integral y eficaz.

3. Los entornos familiares y sociales como espacios clave para la intervención

La familia, la escuela y los entornos sociales son los principales espacios donde se puede prevenir el impacto negativo del conflicto parental y promover la resiliencia y el bienestar emocional de los hijos e hijas. Existe abundante evidencia de que las intervenciones centradas en la validación emocional, la comunicación no violenta y la colaboración interdisciplinar pueden reducir significativamente los factores de riesgo y mejorar los resultados emocionales y sociales de los menores.

4. El bienestar emocional es imprescindible para el desarrollo integral

El bienestar psicológico y emocional de los niños y niñas es tan esencial para su desarrollo como lo es para su aprendizaje y socialización. Por ello, es fundamental que las instituciones y los agentes sociales prioricen la salud mental infantil, fomentando contextos familiares y escolares más saludables y aplicando programas específicos basados en la evidencia, desarrollados por profesionales del ámbito de la psicología, la educación y el derecho.

5. En este contexto, pedimos que las Administraciones públicas y las instituciones adopten medidas dirigidas a favorecer la coparentalidad responsable y el bienestar emocional de los hijos e hijas, entre las que destacamos:

  • Garantizar el acceso a recursos y servicios especializados que apoyen a madres, padres, educadores y profesionales en la gestión del conflicto parental y la promoción de la coparentalidad responsable.
  • Fomentar la formación continua y la sensibilización sobre el impacto del conflicto parental en el desarrollo infantil, integrando la perspectiva de género y la corresponsabilidad parental en todas las intervenciones.
  • Desarrollar plataformas digitales y aplicaciones móviles que faciliten la comunicación, la coordinación y la organización entre progenitores separados, minimizando los conflictos logísticos y promoviendo la colaboración en beneficio de los hijos e hijas.
  • Promover la participación activa de madres, padres, educadores y profesionales en espacios de diálogo, aprendizaje e intercambio de conocimientos, asegurando que las voces de los destinatarios sean escuchadas y valoradas.
  • Priorizar el interés superior del menor en todas las decisiones, tanto judiciales como cotidianas, asegurando que los derechos y necesidades de los niños y niñas sean el eje central de cualquier acuerdo o intervención.

 

6. El cuidado del bienestar emocional de los hijos e hijas tras la separación requiere, además, reforzar las acciones dirigidas a tal fin, por lo que también pedimos que:

  • Las Administraciones públicas apoyen el desarrollo y la implementación de programas de evaluación e intervención basados en la evidencia, dirigidos a mejorar el bienestar emocional de los menores y sus familias.
  • Se incorpore personal experto en psicología, mediación y educación a los servicios de atención a la infancia y a la familia, garantizando la calidad y la accesibilidad de los recursos.
  • Se fomente la colaboración interdisciplinar entre profesionales de la salud, la educación, el derecho y los servicios sociales, para abordar de manera integral los desafíos emocionales y sociales derivados de la separación parental.
  • Se promueva la accesibilidad y la inclusión en todas las acciones y recursos, asegurando que las familias y los profesionales puedan acceder a la información y el apoyo que necesitan, independientemente de sus capacidades o circunstancias personales.

En definitiva, la coparentalidad responsable no es una utopía, sino un derecho exigible para los hijos e hijas de padres separados. Solo mediante la acción coordinada de todas las partes implicadas —madres, padres, educadores, profesionales y sociedad— podremos garantizar el bienestar emocional y el desarrollo integral de los menores, construyendo así una sociedad más justa, igualitaria y saludable para todos.

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